domingo, 20 de mayo de 2012

Noche Carmesí

Seguía corriendo por aquel oscuro y frondoso bosque. Cada hilera de árboles formaba parte de un enorme laberinto que no parecía tener fin. Exhausto, opté por descansar escondido detrás del tronco de un árbol, lo bastante grande como para cubrir todo mi cuerpo. Aquello que me perseguía, debió haber perdido mi rastro, pues hacía bastante tiempo que no escuchaba sus acelerados pasos.