jueves, 2 de abril de 2015

La Cantina

Las historias que les voy a relatar señores lectores, pueden parecer inverosímiles. Pero puedo jurar y juro, que todas y cada una son ciertas. Mi nombre es Óscar, y soy el dueño y gerente de un pequeño bar de pueblo bautizado como La Cantina. A mis ochenta y siete años, jubilado, viudo y sin descendecia, mi único próposito es esperar que es vieja de capucha negra y guadaña oxidada venga a por mí y me pueda marchar de este mundo habiendo dejado un legado. Lo único que me permite hacer mi invalidez es escribir, y cuando mi vejez me lo impide me ayuda mi sobrino Matías.